Más de 1 millón de estudiantes con NEAE. ¿Qué nos está diciendo esta estadística?
Te cuento…
El Ministerio de Educación ha publicado hoy los datos del curso 2023-2024 sobre el alumnado con necesidad específica de apoyo educativo.
Puedes consultarlos aquí:
👉 Consulta la estadística oficial
Se observa un claro incremento con la estadística del curso anterior (2022-2023).
En el total del alumnado con necesidad de apoyo hemos pasado de 966.924 a 1.131.816.
Esto significa que en tan solo un curso escolar, el número de estudiantes que necesitan apoyo educativo ha crecido un 17%. Pero el sistema educativo no parece que se haya transformado al mismo ritmo ¿no?
¿Estamos preparados para responder con recursos, equidad y justicia?
Los resultados son tan importantes como preocupantes.
1.131.816 estudiantes han sido identificados con necesidades específicas.
Esto representa el 14% del total del alumnado no universitario en España.
Y sin embargo, su atención sigue dependiendo de factores como el tipo de centro, el género y la comunidad autónoma.
Porque todos los centros NO acogen igual
En los centros públicos, un 4% del alumnado recibe apoyo por necesidades educativas especiales.
En los concertados, un 3,6%.
En los privados no concertados, solo un 0,8%.
Para otras necesidades específicas (como vulnerabilidad, altas capacidades o barreras lingüísticas):
El 11,6% del alumnado en centros públicos recibe apoyo.
En concertados, el 9,4%.
En privados no concertados, apenas un 2,9%.
Esto no es equidad.
Es una distribución desigual de los recursos.
¿Y en cuánto al género?
El 70% del alumnado con necesidades educativas especiales son chicos.
Pero eso no significa que las niñas no las tengan: significa que muchas siguen sin ser detectadas o reciben menos atención.
Especialmente en trastornos como el autismo o los problemas de conducta, el sesgo de género sigue muy presente.
¿Y si tu educación dependiera de tu código postal?
La diferencia entre comunidades autónomas es alarmante:
Cataluña, Navarra o Illes Balears superan el 20% de alumnado con apoyo.
Aragón, Castilla-La Mancha o País Vasco están por debajo del 10%.
En lugar de garantizar un derecho común, el mapa educativo refleja desigualdad estructural.
Por eso no puedo evitar reflexionar sobre la inclusión.
La inclusión no puede depender del azar. Ni del tipo de colegio. Ni del género. Ni del lugar donde vivas.
Invertir en educación inclusiva no es un lujo. Es un deber social, legal y ético.
Te invito a leer la estadística completa, compartirla y abrir conversación.
Porque lo que no se visibiliza, no se transforma.